Allá yo

Estoy sentada afuera en mi amada intemperie, observando la luna y balanceándome en el sillón colgante de mimbre que puse hace unos años en mi balcón, viendo un conjunto de hermosas enredaderas florecidas, sintiendo el olor a mimbre y escuchando nada más que los grillos y a la distancia algún camión que transita la autopista, o la ruta... Me acuesto en el suelo y me quedo mirando las estrellas, tapada con mi bolsa de dormir y dialogando con cada ola que se acerca y me saluda. La marmita está sucia, está empezando a caer rocío y todavía no armamos la carpa, pero el espectáculo que nos ofrece el cielo es hipnótico. Pienso que si no estuviera acá, estaría observando la luna balanceándome en el sillón colgante de mimbre que puse hace unos años en mi balcón, viendo un conjunto de hermosas enredaderas florecidas, sintiendo el olor a mimbre y escuchando nada más que los grillos y a la distancia algún camión que transita la autopista, o la ruta...

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