No hay nada más perjudicial para el espíritu aventurero del hombre que la idea de un futuro estable. El núcleo esencial del alma humana es la pasión por la aventura. La dicha de vivir proviene de nuestros encuentros con experiencias nuevas y de ahí que no haya mayor dicha que vivir con unos horizontes que cambian sin cesar, con un sol que es nuevo y distinto cada día.
Mas allá de los sueños
Agradezco, en primer lugar, su interés por estas andanzas y aventuras. Pues compartirlas para mí resulta igual de grato que realizarlas. Nada sería Aquiles sin Homero, y los hechos se disuelven como la onda líquida en el mar inmenso si no existe el cronista que los hace permanentes en su descripción o el artista que les da nueva forma. A continuación paso a sintetizar las crónicas de mi cruce del Atlántico, -esta vez, a lo ancho-, desde la isla de Gran Canaria (España) hasta Turcas y Caicos (Caribe). ( Detalles técnicos al final del texto - fotos adjuntas-) Y aclaro que hablo de “mi” cruce porque no podré hacer más que contárselos desde mis ojos. Primer semana: ceñida violenta Zarpamos el viernes 1 de diciembre de Las Palmas de Gran Canarias por el norte. Preparar el barco nos llevó una semana de trabajo moderado, ya que tuvimos una pérdida en la bomba de aceite del motor y hubo que preparar los repuestos. Una ola revuelta y violenta nos acompa...
Comentarios