Qué lindo te vas a Punta.
Llegamos, armo la maniobra, el día anterior trabajamos mucho en el barco, pero hoy es hoy, hoy soltamos amarras, izamos la Mayor, probamos el Genoa, el pronóstico es tétrico. 5 minutos para la largada, voy a proa, canto la línea, largamos. Esto va a mojar. Me pongo el traje de agua, moja, cada ola moja mucho, primer peeling, me quedan los brazos doliendo, costó arriarla por sota. No les voy a hablar de detalles técnicos porque vine acá a hablar del sufrimiento humano a bordo. Viene una ola, la proa se sumerge debajo, yo me sumerjo con la proa debajo de la ola, me agarro fuerte para no irme al agua, me siento en la Volvo, despincho la driza, la pincho en el palo, seguimos... otro peeling, ¡Vamos que esta vez se arría por barlo! Ah, pero se pincha por sota, la puta madre no hay una buena. Moja la ola, me golpeo contra todo lo que hay, se rompe el púlpito, no se dónde poner el pie ahora, resuelvo, entro, entortugo el Genoa y el anterior que arriamos, me mareo, salg...